No quisieron dejarnos entrar

Para que entendáis mejor esta historia, primero hay que conocer el contexto que la originó. Hace ya casi tres años que mi pareja tuvo un grave accidente de moto que le provocó una lesión medular. Para quien no conozca lo que esto implica, mi novio va en silla de ruedas debido a una paraplejia. 

Como os podéis imaginar, a lo largo de esta nueva aventura que nos ha tocado vivir hemos encontrado miles de ejemplos de discriminación, desde el punto de vista de la arquitectura, descubriendo cuantos metros hay en Madrid sin ascensor, hasta los comentarios impacientes de la gente cuando queremos subir al autobús y les parece "un incordio" tenerse que mover porque una persona en silla de ruedas quiere subir.

Otro de los ejemplos que vivimos a diario es cuando la gente me habla a mí en vez de a el cuándo quieren preguntar algo relacionado con sus necesidades. "Señora, va en silla, pero le entiende perfectamente. Deje de mirarlo y tratarlo con lastima o como si no fuera capaz de entenderle". Yo creo que el infantilismo es el tipo de discriminación que peor llevamos.

Pero bueno, que me voy del tema. La historia que quiero contar sucedió estando aun en el Hospital Parapléjicos de Toledo. Cuando el entró, la pandemia aun no había desaparecido y muchas de las actividades que suelen tener ahí no se estaban haciendo, por lo que la gente tenía mucho tiempo libre. 

Una tarde de viernes, hacía muy buen tiempo y los pacientes, aun sabiendo que no podían salir del recinto, tenían ganas de tomar algo y el bar del Hospital no ofrecía alcohol, así que decidieron ir a unos bares que hay muy cerquita de donde estaban, que en verano se convierten en discotecas de tardeo al aire libre. Íbamos 8 personas en sillas de ruedas y 2 caminantes (yo estaba de visita, así que me fui con ellos).

Cuando llegamos, preguntamos a la gente que estaba esperando si había que reservar y todo el mundo nos dijo que no, así que nos pusimos a la cola y esperamos a que abriesen. Cual fue nuestra sorpresa cuando abrieron el bar y a nosotros nos pusieron a un lado mientras todo el mundo iba entrando, argumentando que es que la gente iba con reserva y tenían que ver si había hueco libre para nosotros cuando terminase de entrar la gente. 

Nosotros seguimos preguntando y la gente que iba entrando nos decía que no, que no habían reservado, que acababan de llegar. Volvimos a hablar con el de seguridad y se empezó a poner chulo argumentando que no lo hacía por discriminación, que el "había trabajado con gente de esa". 

Imaginaros la cara de 8 personas que se enfrentaban por primera vez al mundo exterior después de que sus vidas cambiasen por completo... fue una discusión horrible en la que encima no conseguimos más que tres personas volviesen al Hospital disgustadas y el resto buscasen otro bar, donde por cierto, les atendieron genial. 

Aun no comprendo muy bien qué pasó ese día y que problema podría haber en que entrásemos, porque problema de espacio no era. La única explicación que hay es que el hombre no quiso que pasásemos, lo cual, dolió mucho.

Supongo que este es un ejemplo de discriminación directa por parte de un comercio y no se me ocurre otro tipo de estrategia a seguir que no sea la educación y el civismo. El entender que todos somos personas y merecemos los mismos derechos sin importar nada más.

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